GESTION DEL TALENTO HUMANO
Toda persona de cualquier nivel en cualquier
clase de organización, interviene en la administración de personal, cuando
planifica el uso de recursos humanos o influye, dirige o controla su trabajo.
El impacto que tienen las personas en sus
funciones y responsabilidades contribuyen a las metas de la empresa. El Gestor Humano reporta al Presidente de la
empresa.
NATURALEZA DE GESTION HUMANA Y LOS SINDICATOS
Sindicato es una
asociación formada esencialmente por la defensa de los intereses de un grupo de
asalariados. En la inmensa mayoría de los casos, sus afiliados son obreros y
técnicos de diversas especialidades. Trabajan para lograr mejores salarios,
beneficios y condiciones laborales por medio de negociaciones de convenio.
Cuando recursos humanos trabaja para negociar un nuevo contrato con el
sindicato, se entra a un proceso de relaciones industriales. La existencia de
un sindicato en una organización no significa que la empresa esté enfrentando
serios problemas, ni que las políticas usuales de recursos humanos no puedan
aplicarse.
Tanto si existe un sindicato en la empresa como si no lo hay, los
gerentes de línea y los gestores de los recursos humanos aún son responsables
de mantener en nivel óptimo las relaciones de la organización con los
empleados. Numerosas compañías de gran éxito tanto nacional como internacional
coexisten con uno o más sindicatos que organizan a sus trabajadores y en ellas
se sigue ejerciendo las prácticas de recursos humanos.
El gestor humano puede
efectuar importantes aportaciones tanto a la empresa como al sindicato.
Los empleados que
pertenecen a un sindicato no negocian salario y otras mejoras directamente con
sus superiores.
La afiliación de los
sindicatos ha disminuido bruscamente en años recientes, es ilegal para una
empresa no reconocer la unión de los empleados.
“Recursos humanos trabaja estrechamente con
los sindicatos laborales”.
Adicionalmente los
sindicatos son los representantes de los empleados ante la empresa.
Llevan sus
requerimientos a quienes tienen la capacidad de darles respuesta hacen posible
una comunicación fluida y constante entre aquellos que conforman
la empresa.
Si las organizaciones
han comprendido el valor que tiene la gente que las conforma no tiene sentido
la presencia de un órgano distinto a Gestión Humana, que además de monitorear
sus funciones, le recuerde sus responsabilidades, así como el buen trato que
deben ofrecer a su personal.
Pues de existir sería
la prueba más contundente de la deficiente labor que esa gestión y quienes
dirigen la firma están realizando en cuanto a la gerencia del capital humano.
Es evidente que en algunos sectores ese paradigma está tan arraigado que
pareciera imposible imaginarlos sin la presencia de estos.
Cuestionar la
presencia de los sindicatos en las empresas no pretende la emisión de juicios
de valor, no puede decirse que son buenos o malos, que funcionan o no, pues de
hacerlo inmediatamente surgirían argumentos suficientes para rebatir una u otra
cosa.
Destacar que las
razones que motivaron nacimiento de los sindicatos en el pasado aparentemente
han desaparecido y su presencia viene a señalar el descuido que en materia de
manejo de personal han incurrido o están incurriendo algunas empresas.
En la actualidad
existen organizaciones en las cuales funciona esta figura, como parte de la
herencia que ha dejado el siglo XX, no
es menos cierto que hoy en día es completamente inimaginable la presencia de prácticas
que desmejoren, humillen o menoscaben al personal y por lo tanto si éste
requiere agruparse no habrá de hacerlo como un bloque o coalición para
enfrentar a un ente que los explota de forma irracional e irresponsable, sino
para coadyuvar al éxito de la empresa.
Las empresas están
llamadas a velar por el bienestar de su gente, sin que medie para ello la
presencia de agrupaciones que subdividan su realidad.
Gestión Humana debería
ser la primera unidad en defender, propiciar y mantener una conducta orientada
a generar ese equilibrio, equidad y valoración que merece la gente en cualquier
lugar que ocupe dentro de la organización.
De no hacerlo es
completamente justificable la presencia de un ente que le recuerde tan
importante responsabilidad, pero a la vez se estaría aceptando que las
políticas y procesos anteriores a la aparición de la agrupación sindical
estaban completamente alejados de la realidad, que existía una insensibilidad
laboral y que quienes lideran a la gente desoían sus planteamientos e ignoraban
sus necesidades.
Gestión Humana no
puede ser considerado el único responsable de la creación de un sindicato, si
este surgiera a causa de la desatención y poca sensibilidad organizacional.
Los dueños del negocio
son la fuente de la que emanan las directrices del mismo.
Si estos mantienen la
concepción de separar la empresa en dos mitades y generar políticas y
procedimientos que menoscaben al trabajador, omitiendo las sugerencias y
opiniones que emita la
Gerencia de Gestión Humana, son los responsables
directos de la aparición de este tipo de agrupaciones.
Pero ¿es que acaso es malo que aparezcan?
¿se deben apoyar o combatir? ¿deben ser vistos como enemigos o aliados?
La Gerencia de Gestión
Humana debe ser por excelencia el mejor sindicato de toda empresa, pero no como
una unidad de enlace, sino como garante del equilibrio, la equidad y la
identificación que debe existir siempre en la organización, de lo contrario, y
como es natural, el descontento y la desmotivación culminarán gestando en los
individuos una forma de defenderse y, a la vez, protegerse de aquel que lo
desestima.
Los sindicatos no son
un problema, sino la consecuencia de la acumulación de varios de ellos y es
justamente su base de origen lo que podría estar cuestionando su existencia en
las empresas del siglo XXI.
La relación entre la
empresa y el sindicato se establece dentro de cierto marco legal y en el
contexto de prácticas que ambas partes aceptan.
Con frecuencia la
empresa y el sindicato deben recurrir a las autoridades legales para que lleven
a cabo una labor de asesoría, guía y en algunos casos de árbitro de último
recurso.
La empresa depende de
los trabajadores para que la labor se realice, en tanto que los sindicalizados
dependen de la empresa para recibir sus compensaciones y dirigir las distintas
actividades de la corporación.
A su vez, las
autoridades dependen de ambas partes: la empresa y el sindicato, para hacer
frente a las necesidades sociales mediante organizaciones productivas.
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